miércoles, 13 de julio de 2011
Hacer libros es divertido.
En tiempos de digitalizaciones, de archivos en USB (que cada vez son más pequeños físicamente, por cierto), en tiempos de la era de la informática conviene revisar cómo se hacían antiguamente y de forma artesanal los libros.Hoy en día, unos 50 años después, lo que es curioso es lo fácil que es hacer una tirada de libros en edición digital, sin embargo es casi imposible que un editor arriesgue con nuevas propuestas, por muy económicas que estas sean.
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Así están las cosas, David. Apenas he visto a gente leer en digital (¡qué feas son esas tablas!) en trenes o autobuses y, en cambio, qué bonitos pueden llegar a ser los libros en papel, ver las estanterías repletas (aunque haya que limpiarlas de polvo).
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