Ni en el sur ni en el este,
más allá de donde alcanzan a ver nuestras retraídas mentes occidentales
podríamos decir que en un lugar perdido
está el Puertito
a 20 kilómetros del asfalto más cercano,
sin luz artificial, agua ni aceras,
los niños juegan con cuerdas y palos
y la vida la marca el sol
en tranquila comunión
con el fuerte viento.
Más al norte,
no demasiado lejos,
en una playa casi inaccesible
la Proa del American Star parece un hito al hundimiento,
dieciseis años son suficientes para que todo haya desaparecido,
y que el mar, retorcido,
siga relamiendo en silencio
los restos del naufragio.
Me alegra que empieces a darle caña al blog.
ResponderEliminarUn abrazo fiera.