sábado, 27 de mayo de 2023

No estaba muerto, estaba de parranda

 


Bueno, pues vuelvo. Seis años ya ha sido bastante descanso. Aprovecharé para ir subiendo las columnas que vaya publicando en otros sitios como en El Imparcial o La Voz del Trubia. Y no, no me da pereza volver a hacerlo.

martes, 24 de octubre de 2017

Dry Martini



El genio que posaba en el MoMa de Nueva York en 1942 con la ciudad a sus pies, un cigarro negro en la mano izquierda, traje gris oscuro, chaleco, corbata impecable,  sujetándose los tirantes con los pulgares y sonriendo, ahora es un anciano que remueve con una cuchara una jarra helada. <<Qué epoca diabólica la nuestra: la multitud, la niebla tóxica, la promiscuidad, la radio, etc. Yo volvería encantado a la Edad Media, siempre que fuese antes de la Gran Peste del siglo XIV>>, llegó a decir.

Casi ciego, más sordo aún, dice que aún siente la emoción de la tamborrada de su pueblo en la mañana de Viernes Santo. En realidad siempre la ha sentido allá donde estuviera. El DF, París, Madrid, Berlín, Venecia... Jamás ha olvidado el sabor de los melocotones dulces en septiembre, ni tampoco ha superado el miedo a volar. <<O aquí o allí>>, decía cuando llegaba a América, siempre por una larga temporada.

Ahora es realmente feliz por primera vez en su vida. Lee y relee “La vejez”, de Simon de Buvuar y ya no hay ataúdes corriendo solos en el desierto, profetas sobre su pedestal ni hombres del saco que se parecen a Fernando Rey llevando un costal gris ajado porque sí. La felicidad absoluta la ha conseguido a pesar de la edad y de la oscuridad de la obra de Buvuar gracias a la impotencia. Al nulo deseo sexual que, enterrado en los años, alcohol y tabaco, ha hecho al genio abandonarlo todo, ser uno de sus olvidados, dejar salir a los apresados en su “Ángel exterminador” y que por fin echen a volar, como lo hicieron sus días, sus sueños, la luna que es un ojo con una cuchilla que lo corta.




El loco de Calanda todavía bromea y hace unos días que ha firmado, bajo notario, ceder todos sus bienes a Nelson Rockefeller, el hombre más rico de la tierra. Desea con todas sus fuerzas que su obra se incinere y desaparezca a la vez que su maltrecho cuerpo,  ¿toda ella?, no. Toda no. Podéis quemar las películas, la asquerosa autobiografía en la que al final pide poder levantarse de la tumba cada diez años a leer el periódico y volver a dormir durante otros diez y así sucesivamente. No, todo su legado no. El genio fue vasto y rudo, pero nadie consiguió superar su obra maestra, el delicado pulso del orfebre, aquel que amarró un burro muerto a un piano y dos monjes, aquel que puso liguero y bigotes a Silvia Pinal y la llamó Satán. Catherine Denueve como Belle de Jour pasea por la Rúe Chénier buscando un prostíbulo, el más sórdido para trabajar en el, dejando a su paso un rastro de Chanel nº5 para poder regresar a su hogar de rica, a sus viajes y sus compras.. Sed para Simón en el desierto, años en un pedestal y al final acabar en un antro de jazz; siempre lo mismo pero siempre diferente, el genio no puede parar de crear.

Y no, no eran películas lo que Buñuel concebía al final de su vida, sino cócteles basados en Dry Martini. Un poco de ginebra aquí, un rayo de sol que atraviese una botella de Noilly Prat  por alláy luego choque contra el Martini seco, muy seco. Las copas, la ginebra y la coctelera con al menos doce horas de frío para luego tomarlo siempre entre las doce y las tres, ni un minuto menos ni un minuto más, sino ¡sacrilegio!




El genio se relame en esa burbuja surreal en la que vive. Es lo mismo que ni vea ni escuche. Felicidad en un coctail de Martini, felicidad.  Me gustaría ver la cara de Rockefeller al leer el acta notarial en el que Buñuel le cedía todos sus bienes materiales, pero he de confesar que entre toda la obra de Buñuel sin duda me quedo con una de sus últimas frases, etílica y onírica, como su autor, que decía así:

"A fin de cuentas la edad no importa, eso sí, a no ser que usted sea un queso".





miércoles, 5 de abril de 2017

Presentación de mi nuevo poemario "Ruido rosa"


Mañana jueves 6 a las 19:30 horas presento en la Librería Santa Teresa mi nuevo poemario "Ruido rosa". Son poemas escritos durante los dos últimos años, articulados en cuatro capítulos y magistralmente prologados por el poeta Pelayo Fueyo
Gracias a Pascual Ortiz, mi editor, por su aventura al frente de Bajamar Editores y por lo cuidada y bella que es su colección, que ya alcanza en apenas unos meses el número 6. Se lo digo tanto como lector como escritor, porque en el mundo hacen falta más valientes como él.
Ni que decir tiene que me encantaría que me acompañaseis esa tarde.

lunes, 27 de marzo de 2017

Un haiku como principio


Caudal de Azar

María Rosa Serdio
Bajamar Editores
Asturias, 2016

lunes, 26 de diciembre de 2016

YO HE VENIDO A VER A POTORHEAD.


Alguien llevó aquel CD al instituto. Por aquel entonces yo escuchaba compulsivamente Nirvana, Guns N Roses, algo de Metallica, es decir: rock y metal muy blanco, muy inocente y típico del BUP y del tráfico de cintas TDK en el recreo. Brujería por aquel entonces daba miedo, un miedo real porque nos creíamos aquello de que eran narcos fugitivos que se defendían a machetazos y que en sus tiempos libres se dedicaban a hacer canciones oscuras tanto como la contraportada del Matando Güeros (Roadrunner, 1993), una cabeza cortada a machete junto con un motón de fardos de hachís o heroína, a saber.

Canciones demenciales, -recuerdo como especialmente jarto el tema Santa Lucía, corto, efectivo y satánico, o la intro, la misma con la que empezaron el viernes, Pito Wilson,  pero no; hemos perdido la inocencia y los años noventa ya quedan lejos. Además yo aquí no he venido a hablar de los teloneros, sino de las cabeza de cartel, Potorhead. Ellas eran en realidad a las que todos estábamos esperando más allá de los mejicanos que sirvieron para calentar la sala ante las Potor y otros invitados a este festival bien organizado por la gente de Otero Crew en el que se rendía homenaje al tristemente desaparecido Jernest, agitador y pieza fundamental de la escena skate y punkmetalera en Asturias y gran admirador de los cuatro grupos que se dieron cita en la sala de Pumarín. Todo lo que allí sucedió fue un homenaje a él, con un gran mural con su imagen colgado en el escenario.



Hablábamos de Potorhead. La última vez de la que tengo constancia de que se reunieron para tocar fue a finales del 2003 en aquel  acogedor sótano de la asociación juvenil de Riaño donde se celebraba el Villacore. Mentiría si dijera que estuve allí porque aquellos que aparecen en el vídeo de Youtube son sólo un puñado de acólitos que asistieron al espectáculo musical más punk que se ha llevado a cabo  en Asturias en los últimos tiempos. Cuatro virtuosas del punk más perturbador que con solo tres acordes y media canción consiguieron ser leyenda en la escena asturiana, y allí estaban sobre el escenario de Sir Laurent´s otra vez, como si esos trece años que nos separan de aquel Villacore hubieran sido solo un suspiro.
 
Las chicas capitaneadas por Txas, su vocalista, volvieron a dar un espectáculo festivo musical en el que no faltaron bragas volando, un muñeco hinchable con una camiseta de Brujería puesta o peticiones incesantes por parte de la front-woman para que los presentes nos sacásemos el huevo derecho del pantalón.  El respetable se dividía a partes iguales entre el divertido y bailarín, “Potorfan” de toda la vida y el sorprendido que quizá esperaba un grupo tributo a MotÖrhead; y es que las chicas no traicionaron su espíritu punk, ya que, pese a que comenzaron a tocar otros dos temas, -No más punkis muertos, de MCD  y Ya no quedan más cojones  de Eskorbuto-, las ovetenses fueron fieles y no ejecutaron más que su propia versión de “Me gusta ser una zorra” de las Vulpess, canción favorita de nuestro queridísimo exministro Wert y que, por cierto, sonaba muy bien, quizás demasiado. Los avances en configuraciones y equipos de amplificación no les han hecho ningún bien al punk de verdad.
 
Comenzaron la velada FunerAll, aunque no llegué a tiempo para verlos. Amigos en el público me hablaron muy bien de ellos, caña sin concesiones y una versión de Slayer. Por lo visto se estrenaban y vaya estreno, da gusto saber que hay savia nueva en el metal, y de verdad siento no haber llegado a tiempo para disfrutarlos.
 
A mi entrada en Sir Laurent´s ya estaban tocando los rotundos Posession, mítica banda avilesina con años, kilómetros y rodaje suficiente para ser un referente en su género a nivel nacional desde hace años. Guitarras épicas y un sonido afilado como un muro hicieron que el público congregado en la sala (unos 500 espectadores según fuentes de la dirección de la misma) moviéramos la cabeza con su metal con cojones y estilo. Desgranaron temas de su último disco Spiritual Sirius y de trabajos anteriores, algunos de ellos revisitados del viejo Art Diabolis (Throne, 2004)  y confirmaron las buenas sensaciones al verlos en el cartel. Da gusto escucharles. Las guitarras de Pablo y Titi, -con accidente incluído al acabar por el suelo ejecutando un tema casi al final de su set-  llevan a cabo riffs perfectos, barrocos, estudiados, retorcidos. Un caramelo para las almas atormentadas y sensibles.
 
En torno a las once y media de la noche salieron Brujería. Comentábamos a la entrada varios veteranos del metal que el grupo ya no infundía aquel halo de misterio que les rodeaba en los 90, cuando tras los pañuelos que escondían sus rostros se encontraban figuras de talla mundial como Dino Cazares o Igor Cavalera. Jello Biafra también hizo sus pinitos en el grupo, pero no tengo más constancia que un apunte de otro espectador al cual, por cierto, he de agradecerle también su recomendación de escuchar a “El Coleta”, rapero kinki de Moratalaz, pero esa es otra historia.

Brujería siempre ha sido una especie de supergrupo en “B”, donde sus integrantes han dado rienda suelta a sus instintos más sucios frente a su instrumento. Discos grabados sin mucho cuidado, un aura negra y misteriosa, las máscaras, las blasfemias, esa caña sin concesiones ni mucho cuidado hicieron de ellos una leyenda que jamás pensé que podría estar viendo aquí, al lado de casa.

El teatro satánico del grupo ya no se lo cree nadie, y aunque pretendieron con esta reunificación dieciséis años después de su última gira acallar las voces que daban al grupo por disuelto, la verdad es que Pocho Aztlan (Nuclear Blast Record, 2016) suena oscuro y guarro, tal y como ellos pretendían, pero también menos consistente que sus otros tres larga duración. Personalmente pienso que la época de Brujerizmo (Roadrunner, 2000) fue donde tocaron techo con guitarras más limpias y temas más redondos, también es porque soy fan declarado de Fear Factory y este trabajo no deja de sonar como un hermano bastardo chicano de la banda de Los Ángeles a los que les debo que el numeral forme parte imprescindible de la banda sonora de mi vida.

El show del grupo mejicano fue por los derroteros esperados. Con la cara tapada por pañuelos, pretendiendo guardar un anonimato fingido y esgrimiendo machetes y cogollos de marihuana, llegaron a los 21 temas previstos, ni uno más, con un final muy poco espectacular sin bises ni más concesiones al público. Una pena tener a estos grandísimos músicos enfrente, sobretodo a Barker, un referente mundial en el doble bombo, y que el concierto haya sabido a poco, muy poco. Aún así disfrutamos de lo lindo cantando clásicos como Colas de Rata, Pito Wilson, Brujerizmo o la desquiciada versión de la Macarena con la que cerraron llamada Marihuana. Espectáculo y buena ejecución, pero como decíamos, no han dejado de ser teloneros del auténtico espectáculo para el que nos congregamos en Pumarín el pasado viernes. Sin embargo me dejaron buen sabor de boca y cierta condescendencia al ver la gira por España y Portugal de los mexicanos, una gira a la antigua usanza en furgoneta zigzagueando la península de este a oeste y volviendo al este otra vez, once fechas en doce días. Bien que uno de ellos haya sido para nosotros.


Y una vez dicho esto tan solo cabe felicitar a la organización por el cartel que han confeccionado a pesar de las circunstancias por las que han pasado tras la venta del ayuntamiento de Oviedo a la hora de darles la subvención pactada para el Otero Brutal Fest de la pasada primavera. La gente de Otero es peña inquieta y está sabiendo sacarse las castañas del fuego lejos de limosnas y chiringuiteos municipales. La independencia y el hacer lo que a uno le da la gana no tienen precio, y si encima se hace con buen gusto el público, como fue en este caso, siempre responderá, sabio y soberano como es el del metal. Chapó por la organización y por la respuesta del público que ya espera novedades desde el twitter de Otero Crew para próximas fechas. La convocatoria para el Otero Brutal Fest 2017 ya está abierta para los grupos ante el montón de solicitudes para tocar en este festival (bases para inscribirse en el Facebook de Otero Brutal Fest),  y si la dicha es buena allí espero estar para contarlo, eso sí; me declaro potorfan y he de hacer constar que quise cubrir este concierto para DEBOLO  por poder dejar constancia escrita de que sí;  esta vez yo también vi tocar a Potorhead.

 

lunes, 13 de abril de 2015

Crónica del concierto Berri Txarrak + Misiva en la sala Estilo de Oviedo, 10/04/15

Crónica del concierto Berri Txarrak + Misiva en la sala Estilo de Oviedo, 10/04/15

PUBLICADO ORIGINARIAMENTE EN LA WEB www.deboloasturias.com

INABARCABLES
Por David Fueyo.
Utilizando un reduccionismo, no se si demasiado apropiado, pero en mi caso al menos, esclarecedor, puedo decir que hay dos tipos de conciertos: Aquellos que te invitan a seguir escuchando al artista aún con más pasión o bien esos otros en los que de alguna u otra manera te obligan a que los intérpretes pasen unas cuantas semanas, sino meses en la nevera.
Por fortuna he sentido lo último en muy pocas ocasiones, ya que de ese sentimiento puede destilarse cierta decepción ante unas expectativas que quizá estuvieran demasiado altas por mi parte: es decir, implica cierta sensación de haberme equivocado. Ni que decir tiene que sentir justo lo contrario implica confirmar un acierto,  alegrarte del espectáculo que acabas de ver y sentirlo por los amigos que no han podido estar presentes.
Ayer sentí esto último y por partida doble. Bien por Misiva, bien por Berri Txarrak y bien por deboloasturias.com que me lleva a cubrir un evento molón. Os cuento:
Berri Txarrak Oviedo
Fotografía de David Fueyo
He de confesar que el del viernes era mi primer conciertode rock en la sala Estilo. Tras la obligada visita a varios de los monumentales chigres de la zona de Oviedo que me vio crecer y de cenar una deliciosa patata rellena de arroz en la bocatería las Juanas (al lado de Estilo, recomendación total para quien lea esto), reencuentros varios de la “nu-metal old school” (¡paradoja!) y ponernos un poco al día de las novedades musicales de nuestro palo en Asturias (muy pocas), nos adentramos en la única sala en condiciones de la ciudad para albergar unconcierto que de mano se preveía multitudinario y que se quedó en torno a las 500 personas según mis propios cálculos, un poco lejos del lleno total de la sala aunque se desde su Facebook que allá donde van Berri va colgando el sold out.
Misiva presentaba su LP “Invencibles”. Potente, compacto y pegadizo, utilizando el asturiano como lengua para sus canciones y con un punk rock que suena a auténtico y a muchos años de estudio, ensayo y carretera. Sus componentes, con mi amigo y compañero de magisterio David G.Nuño a la batería, pueden estar de enhorabuena en primer lugar por lo bien que el viernes lo hicieron no siendo meramente un grupo de precalentamiento, sino como partícipes inexcusables de la fiesta en una sala que, desde sus primeros acordes, me pareció que podría ser el espacio cómodo, céntrico y suficiente que en Oviedo se buscaba desde el cierre de La Real y que resulta que estaba ahí, en Pumarín, ante nuestras propias narices. Hace unos días he leído que los Misiva  tienen nueva agencia de Management, por lo que espero que este sea un salto hacia arriba del que son merecedores por su calidad y buen hacer sobre el escenario. En su web misivapunkrock.com  hay 4 temas de este LP en descarga gratuita que hacen intuir lo que el álbum puede ser. Desde el 2010 en el que David me regaló su CD homónimo “Misiva” me di cuenta de que estamos ante un grupo muy destacable que si la suerte les acompaña llegará a ser puntero. De verdad que me alegro por ellos por su insistencia y continuidad y porque, ¡cojones, lo hacen muy bien!; y ustedes, lectores, no les pierdan de vista.
Berri Txarrak
Fotografía de David Fueyo
Pocos minutos después aparecían en el escenario Gorka, Galder y David, o lo que es lo mismo, Berri Txarrak, y creo que este es el momento preciso para confesarles que con ellos no seré imparcial, ya que se trata a mi modo de ver de el mejor grupo de rock que hay hoy en día en activo sobre la piel de toro. Versátiles y contundentes, sin concesión alguna desgranaron su último disco “Denbora da polígrafo bakara” o lo que es lo mismo: “El tiempo es el mejor polígrafo”, y es que tras sus letras en euskera, algo que ya muy pocos les achacan como negativo, ya que hay que reconocer la plasticidad de esta lengua en el rock, se puede decir que se encuentran auténticos poemas con su traducción disponible en su webwww.berritxarrak.net.
Con el tiempo como leit motiv el “Denbora” es un disco triple cuidadosamente editado y producido en tres estudios diferentes, cada uno para un determinado estilo de los tres que se puede decir que dominan los navarros Berri Txarrak. El viernes pudimos comprobar como se defienden de igual manera en un metal digno de quienes son, un grupo que estuvo varios años bajo la discográfica Roadrunnerdonde se pueden comparar con compañeros de la misma como Coal Chamber, Slipknot, Machine Head o Soulfly.
En su parte más melódica el viernes consiguieron ponerme la carne de gallina al igual que sucede con sus grabaciones. Creo que es hacia donde quieren ir hoy en día y donde quizá más cómodos se sienten. También hubo temas cortos y punkrockeros con esa alegría que tiene en este género la música de Euskadi y Navarra y que deja en el ambiente muy buenas vibras. Baste como ejemplo pasear por Pamplona y meterse en un bar cualquiera de rock, entre su humo y la peña jugando al duro en mesas pegajosas y destartaladas. En esos ambientes el que les escribe esto es feliz, y en aquella zona la banda sonora además acompaña, ya que allí todo “me suena a Berri”.
El concierto en sí fue una descarga en condiciones. Suenan aún mejor que en sus discos. Da la sensación de que están presentes y se entregan sin artificios ni pirotecnia. Son muy buenos y hacen lo que les gusta y encima saben transmitir. Puedo hablarles de canciones, pero hasta a mi, que soy fan declarado, me cuesta identificar nombres con temas. Para mi son la número 3 del “Libre”, la 10 del “Eskuak” y en general son pequeñas partes de una gran obra que los navarros van dejándonos desde hace ya 21 años y que, al menos en mi caso forman parte de la banda sonora de mi vida.
Podría definir lo visto en Estilo de muchas maneras, podría contar mi satisfacción por la hora y tres cuartos de descarga, podría poner muchos adjetivos, pero me quedo con uno que los propios David y Galder reconocieron al finalizar el concierto en una conversación que tuvimos mientras me firmaban el LP. Son inabarcables y es que llevo desde el mismo día de su salida a la calle escuchando este “Denbora…” y en cada escucha descubro un matiz nuevo, una nueva virguería de este power trío que está haciendo las cosas bien, muy bien, y que lejos de la deriva de otros grupos del palo, van hacia donde ellos quieren llegar, a que se pueda reconocer en ellos que disfrutan con su trabajo y hacen disfrutar; es por ello que ayer, el día después de su concierto, haya aprovechado para repasar antiguos discos, para ponerme el vinilo de “Haria” su penúltimo LP, para pasear por Oviedo con el “Denbora…” en los cascos, para que ahora, mientras les escribo esté dándole una nueva vuelta a sus temas también. Un grupo que invita a ser partícipes de su música más y más a cada escucha. No parece difícil, pero créanme, lo es.
Tracklist2